domingo, 4 de diciembre de 2011

Hoy puedes tenerlo todo y mañana no tener nada.

Esos días en los que pagamos con el primero que nos encontramos, que vemos todo muy oscuro, que nos ponemos cabezotas sin querer parar de pensar en las cosas malas.Sabemos todos que el mundo sigue, pero también que no cambia. Es esa impotencia de no saber que hacer con nuestro futuro para poder cambiarlo, esa impotencia que sufrimos muchos días y intentamos arreglar las cosas demasiado tarde o demasiado temprano porque, a veces paramos de luchar demasiado pronto y hacemos que las cosas empeoren, perdemos a personas que un día también fuimos importantes para ellos.Y con ello, vamos perdiendo a la vez esperanzas de arreglar las cosas, no sabemos por donde empezar, ni como va a reaccionar con cada idea que se nos pasa por la cabeza esa persona, no sabemos si volverá a ser todo como antes y eso, es lo que más miedo nos da. Muchas veces terminamos perdiendo con algunas personas confianza, con otras nos dejamos de hablar y al tiempo vuelve a ser todo parecido, pero nunca volverá a ser todo como antes, porque las cosas, sólo suceden una vez y hay que intentar conservarlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario