Pequeños detalles.

Ver salir el sol y sentir el calor en mi piel, que me empape una tormenta cuando estoy en la calle. Un beso inesperado. Ver una película y disfrutar del olor de las palomitas. Ver un atardecer en la playa. Salir un sábado por la noche y verle. Ir de fiesta. Reír a gusto. Mis amigos. Ser yo misma. Viajar. Saber de qué y con quien hablo. Escucharle hablar y sonreír. No preocuparme por nada que no tenga importancia, pero si que se preocupen por mí. Las miradas que hablan y las miradas que piensan cuando te miran. Las vacaciones de verano. Encontrarme en la calle a algún conocido que no veía desde hace tiempo y abrazarlo. Mirar las estrellas sin decir ni una sola palabra. Hacer lo que me apetezca, cuando me apetezca y a quien no le guste que no mire y punto. Olvidarme por un momento de todo y valorar lo que tengo. Caminar descalza por casa. Saborear un helado. Enlazar manos con una increíble facilidad. Dejar caer lágrimas de alegría. Una fotografía. Oír un te quiero... Puede que sean pequeños detalles que hacen que la vida sea mejor. Aún mejor.