Yo era la típica a
la que no le gustaba que la viesen llorar, la que aguantaba más que nadie y
podía disimular perfectamente el nudo que se me hacía en la garganta. Pero la
cosa ha cambiado, porque hay personas que con el paso del tiempo son más
fuertes, y otras más débilespara llorar. Y yo estoy empezando a ser de las más
débiles, pero no me arrepiento, ni mucho menos me creo menos fuerte que
los demás, sólo comparto los golpes y los deshaogo con ella, porque a veces es
mejor dejarse ayudar por personas que sabes que estarán ahí, a veces no es
bueno callarselo todo, porque esta vida hay que disfrutarla y eso
conlleva sentir, porque si aprendes a llorar con las personas más importantes,
aprendes a confiar más en ellas, porque sin confianza no hay relaciones ni de
amigos ni de nada y sin relaciones no hay felicidad. Las pequeñas cosas son las
que más feliz te harán, un llanto con un amigo, se puede convertir en el
momento más intenso y feliz de tu vida.
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